Lamentable suceso el ocurrido el pasado 30 de enero en la calle Andrade de Barcelona. Dos delincuentes entraron en la escuela para sordos e hipoacústicos y se llevaron todo lo que pudieron.
La rápida actuación de los vecinos, que llamaron a la policía en cuanto escucharon ruidos poco normales dentro de las instalaciones del centro, hizo que los delincuentes no se pudieran llevar nada más que unos cuantos platos y vasos. Los dos delincuentes ya habían dejado preparados unos cuantos ordenadores para el momento de partida; Pero la rápida aparición de la policía hizo que no pudieran recogerlos.
Es vergonzoso robar en una escuela ordinaria, pero más aun hacerlo en una escuela para sordos, ya que estos pequeños necesitan todo el material del que disponen para desarrollar sus conocimientos debido a su deficiencia auditiva.
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